Revista de Obras Públicas, AGOSTO 2021
El tren trajo el progreso a la ciudad en el siglo XIX y ha dejado de nuevo su huella transformadora en el XXI. El acceso ferroviario a la ciudad frecuentemente crea zonas degradadas en las que parece que el culpable es el ferrocarril. Para reflexionar sobre este problema el Colegio de Caminos, Canales y Puertos ha organizado una jornada el 22 de junio 2021, con participación de prestigiosos especialistas y una mesa redonda para analizar actuaciones recientes.
Mari Cruz Gutiérrez, arquitecta urbanista y Directora Técnica de la sociedad Logroño Integración del Ferrocarril, invitada a la Jornada organizada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid, ha expuesto el caso de Logroño. Logroño vivió una de esas metamorfosis urbana en 1958 cuando los trenes dejaban de pasar por lo que hoy es la Gran Vía y los raíles se desplazaban hacia el sur. Medio siglo después, la otra gran transformación ‘enterraba’ aquellas vías y de paso creaba el mayor parque urbano de la capital riojana, un oasis de 62.000 metros cuadrados que rompe la barrera psicológica del viejo trazado ferroviario y hace de Cascajos un barrio más amable, que extiende una alfombra verde hacia el centro de la ciudad.
A a la pregunta «¿Es el soterramiento la solución al problema de integración del ferrocarril a su paso por la ciudad?» la respuesta es depende. Las condiciones topográficas e hidrogeológicas, la proporcionalidad económica y capacidad financiera y las aspiraciones ciudadanas son aspectos a analizar exhaustivamente previamente a la toma de decisión.
En el caso de Logroño y tras valorar todos estos aspectos la respuesta fue Sí, y lo fue con un amplio respaldo y consenso social y político. Las dificultades técnicas iniciales fueron solucionadas gracias a la solvencia técnica tanto de ADIF como de las consultoras de ingeniería contratadas para el desarrollo proyectual de la actuación. A su vez, las administraciones Local y Autonómica cumplieron su compromiso con el desarrollo del instrumento de ordenación urbana (Plan Especial Ferrocarril) y la sostenibilidad económica de la operación ha permitido que fuera asumida por las administraciones implicadas, no sin un esfuerzo financiero significativo.
Todo ello ha convertido la actuación de integración ferroviaria de Logroño en un caso de éxito.