La Rioja
La subestación subterránea de Cascajos costará 5,89 millones y estará lista para inicios de 2024
Ayuntamiento e Iberdrola firman un convenio para su soterramiento, en el que la eléctrica aportará 1,5 millones más IVA a la espera de que LIF 2002 participe o no en la obra
Ya hay acuerdo, con presupuesto y plazos incluidos. El alcalde de Logroño, Pablo Hermoso de Mendoza, y el delegado de Iberdrola en La Rioja, Carlos Sobrino, firmaron ayer el convenio para «soterrar» la subestación eléctrica de Cascajos en la misma ubicación en la que se encuentra actualmente aunque reduciendo la superficie ocupada aproximadamente a la mitad y liberando los terrenos precisos para completar la urbanización en esa zona del soterramiento.
El proceso, según lo anunciado, comenzará dentro de cuatro meses, y se estima que la instalación pueda estar en funcionamiento a principios de 2024, si bien desde la compañía se advirtió de que se trata de una operación compleja que requerirá incluso la instalación de una subestación provisional portátil en una parcela aledaña mientras se desmantela la vieja y se monta la nueva, lo que se verá traducido en cortes programados en el suministro llegado el momento.
Las conversaciones abiertas desde hace dos años en torno a un asunto que venía coleando desde hace más de una década se han materializado definitivamente con un acuerdo que presenta los siguientes números: el soterramiento tendrá un coste de 5.895.533 euros más IVA; de los que Iberdrola participará con 1,5 millones más IVA y el Ayuntamiento de Logroño aportará hasta 4.395.533 «netos». Todo ello a la espera de las negociaciones que, paralelamente y según recordó Hermoso de Mendoza, se mantienen con LIF 2002 a fin de que el resto de administraciones públicas puedan financiar algo de la parte municipal desde la sociedad de integración del ferrocarril.
Unas cifras que, según la eléctrica, son «condiciones económicas muy favorables» en comparación a lo que hubiese supuesto trasladarla al otro lado de la circunvalación, opción que defendió el anterior equipo de Gobierno, con Cuca Gamarra al frente, aunque sin llegar a acuerdo alguno. Y es que, según Sobrino, «el coste de aquello, en un presupuesto de 2013, era cercano al doble del actual» –y lo tendría que haber financiado íntegramente la capital con sus propios fondos–.
Las obras serán ejecutadas por Iberdrola –no puede ser de otra manera legalmente– y se dividen en cinco fases –desde la presentación de los proyectos al desmontaje de la ‘móvil’ que servirá para dar servicio durante los trabajos–, y esta cederá gratuitamente al Ayuntamiento la parcela liberada tras la finalización –parte para uso de viales y parte para espacio libre público–.
«Tras diversos estudios, se mantiene en su ubicación actual. Se trata de un proyecto de soterramiento completo, el equipamiento queda por debajo del nivel de la calle Miguel Delibes, y solo serán visibles los edificios de acceso y las chimeneas. La integración de edificios de carácter industrial y de infraestructuras en las ciudades es no solo conveniente sino necesaria para mantener las prestaciones de calidad de los servicios que requiere la actividad urbana», quisieron aclarar alcalde y delegado. Una «subestación subterránea», en definitiva y según define Iberdrola, que, pese a todo, ya ayer cosechó las primeras críticas, por parte del PP, quien insiste en otras alternativas.
A la Administración local le corresponderá asumir 4,39 millones netos de una operación que se anuncia «técnicamente compleja»